lunes, 11 de abril de 2011

Escondiéndose de la verdad.

Me pesa mucho en el corazón ver la increíblemente reducida mentalidad contemporánea, que se centra únicamente en el aquí y ahora. Parece ser que a medida que el hombre avanza, y a medida que los años pasan nuestra visión del mundo se vuelve más y más egocéntrica. Todo esto es resultado de que nos hemos olvidado de lo trascendente, hemos hecho a un lado la causa que hizo que llegáramos a la existencia, y en el proceso hemos cedido nuestra voluntad a las ilusiones que nosotros mismos como raza humana hemos construido.

Ahora es muy común que nuestra identidad la definamos de acuerdo a algo que hacemos, si ejercemos la medicina, somo médicos, si tenemos el titulo de abogado le cedemos todo el derecho de otorgarnos una identidad, si tenemos dinero elevamos nuestro valor en la sociedad, si salimos a bailar y tomar con cierto grupo que tiene reputación nos sentimos superiores a los demás, etc. Estas apreciaciones son el fallido intento de darle un sentido a la vida, empezamos a buscar desarrollo económico, familiar, social, político , etc. Y en muchos casos logramos alcanzar la medida del éxito que ha sido establecida en esta sociedad pero no sabemos nada de la verdad.

Los hombres que llevan la bandera de inteligencia y racionalidad en este mundo (me refiero a los científicos) han llegado a la conclusión que el hombre es simplemente materia y que no difiere en nada a un pedazo de piedra, y que por esta causa no existe ningún sentido objetivo en la existencia de la raza humana, los que conocen acerca del naturalismo y la teoría de la evolución sabrán que realmente la tesis que plantea la ciencia es que somos producto de una evolución no guiada y que el proceso del pensamiento y sistemas de creencia son solamente el producto de la neurofisiología que al ser efecto de procesos evolutivos no esta centrada en generar creencias verdaderas sino solamente en la supervivencia lo que extendiéndose lógicamente refutaría la totalidad de nuestras creencias y la fiabilidad de nuestras facultades cognitivas.

Así que aun la ciencia que ha sido considerada como un dios, no da una respuesta ni emite ninguna verdad, sino que al contrario parece estar basada en argumentaciones falaces y autocontradictorias, sin contar realmente que todas las teorías conocidas podrían ser equivocadas por dos razones:

  • porque no hay como comprobar la fiabilidad de nuestros sentidos
  • porque las evidencias que contradicen las teorías vigentes se desecha

Entonces, ¿quien tiene la vedad? y ¿por qué la gente se esconde de ella?
El padre de la mentira esta interesado en darte cualquier cosa que tú desees con tal de que dejes de pensar en buscar la verdad, es por eso que los noticieros, las radios, la internet y los periódicos te dicen lo que la gente con poder  quiere que tú sepas, pues no es un secreto que los medios de comunicación están dando información que ha sido previamente seleccionada para sacarla al aire y contribuir para que la gente siga adormecida.

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.

En la eterna búsqueda de la verdad Jesucristo afirmo ser Él mismo la verdad, su muerte y resurrección, los testigos, la profecía previa (La ley, los profetas y los Salmos), y las Señales actuales (terremotos, falsos Cristos, hambre, persecución, guerras,etc) proveen una clara evidencia que Jesús es quien dijo Ser. No cabe duda que este siglo está lleno de gente conformista que prefiere seguir deleitándose en el pecado y en sus logros personales que tener un encuentro con la verdad, lo triste es que cada minuto que pasa la muerte esta más cerca, y a ti cuando termines de leer este articulo la muerte estará mas cerca de alcanzarte, ¿seguirás conformándote con tu pecado y persiguiendo las ilusiones que tú mismo te construiste? ¿ seguirás con tu rebeldía aun sabiendo que la muerte te está persiguiendo y que cada día esta mas cerca de ti? o ¿ dejarás que Cristo pase a ser el Señor de tu vida y te dé esa identidad que nunca has tenido? No te escondas mas de la verdad.

Mas a todos los que le recibieron,  a los que creen en su nombre,  les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12).

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