domingo, 15 de junio de 2014

El Señor dio y el Señor quitó

En nuestra vida nos encontramos muchas veces con situaciones incómodas y desagradables que en muchos casos no sabemos manejar. Es muy común que nos desesperemos o nos sintamos ansiosos cuando tenemos temor de que algo no vaya a salir como lo esperamos. No te voy a dar el típico consuelo diciéndote que no te preocupes que todo saldrá bien, porque la verdad es que muchas veces las cosas no salen bien, pero en lo que descansamos es en el hecho que Dios tiene el control.

Muchas veces es incomprensible leer el libro de Job, sobre todo cuando te metes en la historia y te imaginas cómo te sentirías si fueses tú el protagonista, y es que aunque nosotros no seamos como Job, nos gusta identificarnos con su sufrimiento. Sin embargo no nos gusta identificarnos con su actitud de aceptar que Dios es soberano y tiene derecho de hacer lo que le plazca con su creación.

Las frustraciones y los temores nacen en nuestra vida producto de nuestra actitud de querer hacer las cosas a nuestra manera, es muy común escuchar a cristianos decir que Dios los ha bendecido cuando tienen un buen trabajo,  una buena familia, buenos amigos, etc. Sin embargo se quejan cuando las cosas no salen como ellos las esperan, algunos incluso le echan la culpa al diablo por sus problemas, pero la verdad es que si estás en Cristo, tu vida está siendo orquestada por Dios para formarte a la imagen de su hijo y traer gloria a su propio nombre.

No es fácil aceptar la voluntad de Dios cuando no coincide con la mía,  pero descanso en el hecho de que él siempre se glorifica y sus pensamientos son perfectos, no hay nada que temer ya que nada hará que él cambie lo que de antemano ha preparado para sus hijos.
Así que la próxima vez que te encuentres en una situación difícil recuerda,  el Señor dio y el Señor quitó, sea el nombre del Señor bendito, no importa lo que venga, él se glorificará.

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