sábado, 15 de febrero de 2014

Viviendo en la era de la confusión

Mientras escribía un artículo para el boletín de la iglesia en esta semana, comencé a meditar en la manera en la cual la tecnología ha impactado nuestras vidas en estas últimas décadas. Google se ha convertido en el referente en cuanto a búsqueda de información y prácticamente lo utilizamos para solucionar muchos aspectos de nuestra vida cotidiana. Buscamos recetas, enfermedades, consejos de todo tipo, etc. Y aunque esto a simple vista parece ser muy bueno, la verdad es que por otra parte está trayendo mucha desinformación. Así es, aunque parece que tenemos exceso de información, la verdad es que existen tantas opiniones contradictorias en la internet que prácticamente se hace imposible determinar cual de ellas está en lo correcto.

Esto por supuesto no es una sorpresa, el ser humano constantemente está cambiando su forma de ver y de interpretar el mundo, existen múltiples religiones y filosofías contradictorias entre sí, existen diversas teoría científicas contradictorias entre sí, y aunque muchas cosas parecen haber sido ya 'comprobadas', la verdad es que se sabe muy poco de lo que realmente es el mundo en el que vivimos.


Nosotros como personas tratamos siempre de buscar respuesta a todo lo que nos acontece en la vida, y esto es porque queremos tener el control absoluto hasta del detalle más pequeño de nuestras vidas. Sin embargo esta idea no es cristiana, Dios es quién controla y tiene bajo su poder y su decreto todo lo que acontece en la vida, y aunque esta idea es rechazada porque promueve el hecho de que el ser humano no es dueño y señor de su vida , la Biblia claramente habla de un Dios soberano en cada una de sus páginas.

Ahora nos enfrentamos a una dura realidad, estamos más confundidos, tanta información contradictoria en los medios de comunicación nos hace estar siempre preguntándonos ¿quién tiene la razón? Y la verdad es que no hay respuesta para esto, hay una confusión que prima en las mentes de aquellos adictos a la  búsqueda en Google, y no es que sea malo per se, pero la obsesión y el exceso de la información hace que cada quién encuentre lo que quiere encontrar y en muchos casos la información está muy lejos de la realidad.

Hay una sola fuente de verdad, Dios es la verdad suprema, él es quien tiene autoridad para declarar algo como verdadero o falso, los hombres nos movemos en una dimensión falible e imperfecta y por ende nunca estaremos seguros de qué es lo verdadero si seguimos negando al Verdadero. Dios ilumine nuestro entendimiento por medio de Cristo.