Por otro lado tenemos también la realidad de saber que al vivir en una sociedad reduccionista, materialista, y las personas llegar a una etapa de sus vidas en las cuales dejan de desear cosas porque ya obtuvieron todo lo que la sociedad considera de bienestar para el ser, surgen las preguntas ¿esto es todo?, ¿esto es la vida?, ¿no hay nada más? y creyendo que todo es un sinsentido proceden a quitarse la vida. Los estudiosos del comportamiento humano de principios de siglo, hicieron sonar las campanas del optimismo al afirmar que los suicidios terminarían cuando terminase el malestar de la civilización,² por el contrario Lipovetsky asegura que "la sociedad post-moderna, al acentuar el individualismo, ha multiplicado las tendencias a la autodestrucción" y asegura que "la era narcisista es más suicidógena aun que la autoritaria".³
El problema visto de cerca
Bélgica es uno de los países con más alto indice de suicidios a nivel mundial,⁴ yo conocí a personas de este país que tomaron la decisión de quitarse la vida, incluso uno de ellos fue uno de mis vecinos, también en varias ocasiones los trenes que salen del pueblo en donde vivo interrumpen sus trayectos debido a que la forma más común de suicidio en Bélgica es lanzarse a las vías del tren. Yo lo que he podido observar es que gran parte de las personas que viven en estos países viven una vida rutinaria, egocéntrica y fundada en los logros económicos, y como sabemos esto no provee una base integral para sostener las convicciones morales , espirituales o sociales lo que desemboca en la toma de malas decisiones, caer en amargura, depresión y al final perder el sentido y el valor de la vida.
Cuando vivimos como robots y llamamos "enfermedad" a nuestros problemas morales, espirituales y existenciales, buscamos solucionar estos problemas de la misma forma como buscamos curarnos de un dolor de cabeza: con agentes externos. Cada vez que nos sentimos deprimidos, con temor, o con ansiedad se nos ha vendido la idea de que tenemos un trastorno mental y lamentablemente la mayoría de personas busca ayuda psiquiátrica o psicológica y muchas veces (la gran mayoría) lo único que hacen es darle medicación que no resuelve el problema y que acentúa el riesgo de un suicidio.⁵ Y es gracias al consumo de antidepresivos que en muchos países se ven más personas sin lucidez mental.
Desde el punto de vista cristiano el suicidio es un pecado y los pocos ejemplos de suicidios en la Biblia dejan en claro la gravedad de este acto, como ejemplos podemos citar al rey Saul y a Judas Iscariote quienes optaron por el suicidio después de haber contemplado el fracaso rotundo en sus vidas y de haber dado señales de ser réprobos delante del Señor. Sin duda resolver el problema de la tendencia suicida no es tarea fácil, sobre todo cuando nosotros como cristianos estamos tan distraídos de los problemas que aquejan la sociedad en que vivimos, pero es necesario que compartamos las buenas nuevas de salvación en Cristo quien es poderoso para revivir a los muertos espirituales y darles una nueva vida no solo espiritual sino también en el ámbito físico, hermanos seamos sensibles a las necesidades de los demás, pues quien sabe si alguien muy cercano a nosotros pueda estar considerando acabar con su vida. Dios les bendiga.
Cuando vivimos como robots y llamamos "enfermedad" a nuestros problemas morales, espirituales y existenciales, buscamos solucionar estos problemas de la misma forma como buscamos curarnos de un dolor de cabeza: con agentes externos. Cada vez que nos sentimos deprimidos, con temor, o con ansiedad se nos ha vendido la idea de que tenemos un trastorno mental y lamentablemente la mayoría de personas busca ayuda psiquiátrica o psicológica y muchas veces (la gran mayoría) lo único que hacen es darle medicación que no resuelve el problema y que acentúa el riesgo de un suicidio.⁵ Y es gracias al consumo de antidepresivos que en muchos países se ven más personas sin lucidez mental.
Desde el punto de vista cristiano el suicidio es un pecado y los pocos ejemplos de suicidios en la Biblia dejan en claro la gravedad de este acto, como ejemplos podemos citar al rey Saul y a Judas Iscariote quienes optaron por el suicidio después de haber contemplado el fracaso rotundo en sus vidas y de haber dado señales de ser réprobos delante del Señor. Sin duda resolver el problema de la tendencia suicida no es tarea fácil, sobre todo cuando nosotros como cristianos estamos tan distraídos de los problemas que aquejan la sociedad en que vivimos, pero es necesario que compartamos las buenas nuevas de salvación en Cristo quien es poderoso para revivir a los muertos espirituales y darles una nueva vida no solo espiritual sino también en el ámbito físico, hermanos seamos sensibles a las necesidades de los demás, pues quien sabe si alguien muy cercano a nosotros pueda estar considerando acabar con su vida. Dios les bendiga.
Notas
1. Dr. Pedro Bustelo- Psiquiatra epidemiólogo consultante fundador de FCB, Ver video
2. Cf. Emile Durkheim, Le suicide, Paris, 1960.
3. G. Lipovetsky, La era del vacio, Barcelona, 1986, P.105
4. Articulo de BBC mundo 28-Junio-2008, ver acá
5. Dra. Anna Law-Doctora de sala de emergencias, Bart Willings-Psicólogo clínico, Dra Moila Dolan-Médico ver video
4. Articulo de BBC mundo 28-Junio-2008, ver acá
5. Dra. Anna Law-Doctora de sala de emergencias, Bart Willings-Psicólogo clínico, Dra Moila Dolan-Médico ver video
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