jueves, 24 de marzo de 2011

La Santificación

La obra general del Espíritu reside en dos principales clasificaciones en relación con la Iglesia: 1) la regeneración y la salvación de las personas, y 2) la edificación de su pueblo en un mayor crecimiento en el Evangelio. Esta segunda parte es la que estudiaremos en este momento. La santificación es la obra del Espíritu, y su inicio comienza con la conversión y crece a partir de ese punto. Incluso después de que el creyente ha nacido de nuevo, el trabajo del Espíritu continúa en la santificación progreso y crecimiento del alma. Desde el nuevo nacimiento debe haber también una nueva vida. Cristo es enfático en demostrar el aspecto de los frutos del creyente en Mateo 7:16-20: Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos? Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno.Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. Así que por sus frutos los conocerán.Y también dice:Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda* para que dé más fruto todavía (Juan 15:2).
Este cambio viene de un verdadero cambio de corazón.
La santificación y la continuación de la vida espiritual depende de la operación de la gracia del Espíritu.
Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu (Galatas 5:25).
 Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo (Romanos 8:9).
Esta operación del Espíritu es Su voluntad que opera en nosotros, porque es Dios quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer por su buena voluntad ( Filipenses 2:13).Este caminar en el Espíritu mantiene un constante conflicto con el pecado que mora en nosotros y trata de crucificar a los restos de pecado que todavía quedan en el alma. Pablo dice en Gálatas 5:17, Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.  
 Sin embargo, toda motivación de la bondad en el creyente, y cada movimiento de las buenas obras son hechas por el poder del Espíritu y su acción en un gesto del alma para trabajar correctamente.Gálatas 5:18 dice: Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

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