Últimamente ha habido tanta confusión en nuestra sociedad que los valores y los conceptos importantes se han tergiversado, esto se debe al constante bombardeo de los medios y a la suprema exaltación del yo y del materialismo.Actualmente la sociedad forma parte de sistemas que inundan su pensamiento con ideas equivocadas, y se esperaría que la gente que ha alcanzado cierto tipo de madurez supiera enfrentar y reconocer este tipo de cosas.La iglesia también ha sido victima de esta confusión en cuanto a los valores y las prioridades, el apóstol San Pablo animó a la iglesia en sus escritos a que no se dejara arrastrar por la corriente del mundo,como lo vemos en Rom. 12:2: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.; 1Co 2:6 Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
Existe un conflicto y una confusión en donde surge la mala información dentro de la familia, y esto principalmente de parte de los padres, puesto que son ellos los encargados de transmitir el mensaje que formará el carácter y la base sobre la cual los niños y jóvenes tomarán las decisiones en cada situación de su vida.
Lo que esta de moda hoy es trabajar para dar "lo mejor" a nuestros hijos, sin embargo el concepto que se esta manejando es que "lo mejor" para nuestros hijos tiene que ver con lo material únicamente, he podido observar muchas familias que han emigrado a diferentes países buscando un mejor futuro para sus hijos y han logrado alcanzar sus metas financieras pero sus hijos se han perdido en la corriente de este mundo,sin embargo la mayoría de padres no se dan cuenta que por perseguir ese sueño o meta, han descuidado a sus hijos entregándolos al abandono y pensando que lo material puede cubrir vacíos de amor, comprensión, tolerancia, fidelidad, etc. Y algunos de estos padres tienen la tendencia de culpar a sus hijos de ciertos actos de rebeldía e incluso echarles en cara que ellos trabajan para darles lo mejor, con esto no quiero decir que el joven no sea responsable, pero lo que quiero resaltar es que el padre siendo cabeza de hogar es el encargado de velar que se este suministrando toda la enseñanza, atencion y práctica espiritual y moral dentro del hogar.
Nuestra apreciación de la realidad esta un tanto distorsionada, porque actualmente al ver una familia con muchos logros económicos decimos que esa familia tiene éxito, y esa misma familia cree que tiene éxito, pero muchas veces ignoramos que algunos miembros de esta familia están esclavizados en el pecado, entregados a los placeres mundanos, viviendo en un mundo de libertinaje, dañando sus cuerpos y sus mentes, irrespetando a sus padres, siendo infieles a su mujer, teniendo hijos ilegítimos,arriesgando sus vidas por enfermedades de transmisión sexual, y sobre todo alejados de Dios.
Pero nos negamos a ver esto porque incluso siendo cristianos no siempre tenemos la enseñanza adecuada, hay muchos predicadores que están hablando más de prosperidad económica que de santidad, entonces la mentalidad mundana de asociar la plenitud de vida con los bienes materiales ingresó a la iglesia, y hemos cambiado los valores espirituales por los deseos de poseer bienes materiales, y es tan fuerte el engaño que de verdad creemos que darles lo mejor a nuestros hijos es darles lo material, y muchos están incapacitados de ver su error porque están tan contaminados que necesitan ser sacudidos fuertemente para que despierten a la realidad.
Cristo esta a las puertas, la juventud se pierde, los valores se pierden, reaccionemos, Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mateo 16:26); Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará (Mat 16:25).
Dios los bendiga hermanos míos, y recuerden:
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;
no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.( 2Co 4:16-18)
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