Término derivado del gr.gr. griego gnoµsis, ‘conocimiento’. Hasta los tiempos modernos se aplicaba exclusivamente a un conjunto de doctrinas herejes denunciadas por los Padres de la iglesia en los primeros siglos del cristianismo. Pero en la terminología del ss.ss. siglo(s) XX con frecuencia se lo ha aplicado más vagamente a cualquier forma de creencia religiosa que recalque cualquier tipo de dualismo y/o la posesión de conocimientos secretos. Así, por ejemplo, el zoroastrismo, el mandeísmo, la literatura hermética, los rollos del mar Muerto, y hasta el NTNT Nuevo Testamento mismo han sido descriptos como “gnósticos”.
I. Definición
Esta es una de las cuestiones que se debaten más ardientemente en el día de hoy, y existen dos escuelas principales de pensamiento: una, representada por eruditos británicos conservadores tales como R. McL. Wilson, quien apoya una definición “estrecha” (e. d.e. d. es decir que restringe el término a las herejías cristianas del ss.ss. siglo(s) II); y la otra, popularizada especialmente por eruditos alemanes como R. Bultmann y K. Rudolf, que apoya una definición “amplia” (e. d.e. d. es decir que incluye otros grupos con puntos de vista similares).
La definición “amplia” ofrece dificultades, porque con este uso la palabra “gnosticismo” adquiere una connotación tan extensa que casi deja de tener referencia específica alguna, y simplemente denota un mínimo común denominador para el pensamiento helenístico, en el que frecuentemente ocupaba lugar prominente algún tipo de dualismo.
Al mismo tiempo, sin embargo, también resulta difícil definir más precisamente lo que es el gnosticismo. Algunos grupos en la iglesia primitiva (p. ej.p. ej. por ejemplo los valentinianos, los naasenos) se denominaban gnósticos a sí mismos. Pero los Padres de la iglesia están lejos de ofrecer unanimidad en sus intentos de definir lo que tenían en común dichos grupos, sin hablar de los demás. Más aun, Ireneo llegó a comentar que “hay tantos sistemas de redención como maestros existen de estas doctrinas místicas” (Adv. Haer.Adv. Haer. Tácito, Annales 1. 21. 1).
Pero a pesar de dichos obstáculos para llegar a una definición adecuada, estos grupos del ss.ss. siglo(s) II tenían suficientes elementos en común como para que podamos formarnos una idea de la creencia gnóstica básica.
La piedra fundamental de este credo era un dualismo cosmológico radical, e, d. la creencia de que el mundo creado era malo, y que estaba totalmente separado del mundo del espíritu y enfrentado al mismo. El Dios supremo moraba en esplendor inaccesible en dicho mundo espiritual, y no tenía trato alguno con el mundo de la materia. La materia era creación de un ser inferior, el demiurgo. Este, juntamente con sus ayudantes, los arjoµns, mantenían a la humanidad aprisionada en su existencia material, y cerraban el paso a las almas individuales que trataban de ascender al mundo espiritual después de la muerte. Ni siquiera esta última posibilidad estaba disponible para todos, sin embargo, por cuanto sólo aquellos que poseían una chispa divina (pneuma) podían esperar escapar de su existencia corpórea. Incluso los que poseían dicha chispa no lograban un escape automático, por cuanto tenían que recibir la iluminación de la gnoµsis antes de que pudieran tener conciencia de su propia condición espiritual: “… no es sólo el lavamiento lo que constituye la libertad, sino el conocimiento de quiénes éramos, y en qué nos hemos convertido, donde estuvimos o dónde fuimos colocados, hacia dónde nos apresuramos, de qué somos redimidos, qué es el nacimiento, y qué es el nuevo nacimiento” (Exc. Theod.Exc. Theod. Clemente de Alejandría, Excerpta ex Theodoto 78. 2). En la mayoría de los sistemas gnósticos de que nos informan los Padres de la Iglesia esta iluminación es obra de un redentor divino, que desciende del mundo espiritual en forma encubierta, y al que con frecuencia se identifica con el Jesús cristiano. La salvación es para el gnóstico, por consiguiente, el ser alertado a la existencia de su pneuma divino y luego, como resultado de dicho conocimiento, escapar del mundo material al espiritual en el momento de la muerte.
Los gnósticos mismos conceptualizaban todo esto en forma altamente mitológica, pero las realidades a las que correspondía indudablemente eran de naturaleza más existencial. El gnóstico estaba tratando de descubrir su propia identidad, y el reconocimiento de este hecho llevó al eminente psiquiatra Carl Gustav Jung, por ejemplo, a basar muchas de sus observaciones acerca de la naturaleza humana en un análisis del gnosticismo antiguo.
Desde el punto de vista del cristianismo tradicional, el pensamiento gnóstico es enteramente extraño. Su marco mitológico para la redención lleva a una desestimación de los hechos históricos de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Su perspectiva de la relación del hombre con Dios lleva a la negación de la importancia de la persona y la obra de Cristo, mientras que, en un contexto gnóstico, la “salvación” no se entiende en función de liberación del pecado, sino como una forma de realización existencial de uno mismo.
II. Fuentes
La información que tenemos sobre las sectas gnósticas procede de dos fuentes diferentes:
a. Los Padres de la iglesia
La obra más importante aquí es Ireneo, Contra PelagContra Pelag Jerónimo, Contra Pelagium herejías, aunque Tertuliano, Clemente de Alejandría, e Hipófito de Roma, todos escribieron extensamente sobre los mismos temas. Algunos de estos escritos son interdependientes, y todos comparten un punto de vista similar. Fueron todos escritos desde la perspectiva del cristianismo católico ortodoxo, para refutar lo que los Padres veían como una corrupción de ese cristianismo apostólico “original”, del que se creían ser los verdaderos sostenedores. Esto quiere decir que son obras tendenciosas, antes que exposiciones imparciales de las creencias gnósticas. También fueron escritas sobre la base de un conocimiento de segunda mano. Esto, por supuesto, era inevitable, dado que la gnoµsis era, por su misma naturaleza, esotérica, y por consiguiente no estaba fácilmente al alcance del que no fuera iniciado. No obstante, cuando se las compara con los escritos de los gnósticos mismos, las exposiciones de los Padres de la iglesia aparecen como justas y confiables, por lo menos en sus bosquejos generales, aunque no lo fueran siempre en detalles específicos.
b. Textos gnósticos
Estas son con mucho las fuentes más importantes de nuestro conocimiento moderno del gnosticismo, porque no padecen de ninguna de las desventajas de las obras patrísticas, y nos ofrecen una perspectiva directa del modo de pensar gnóstico.
Una cantidad de textos gnósticos aislados se conocen desde hace algún tiempo, incluidos algunos importantes tales como el Pistis Sofia, los Libros de JeuÆ, y el Apocryfon de Juan, como también una cantidad de obras menores. Peró la mayor parte de nuestro conocimiento directo de los escritos gnósticos proviene del notable descubrimiento de trece códices encontrados alrededor de 1945 cerca de Nag Hammadi en el Egipto superior (* Quenoboskión). Fueron escritos en copto, a pesar de que son todos traducciones de originales griegos. Formaban parte de una biblioteca reunida por una secta cristiana primitiva, y fueron finalmente abandonados alrededor del 400 d.C.d.C. después de Cristo Comprenden unas 52 obras diferentes. La publicación de estos textos ha sido una tarea larga y ardua, y no se pudo contar con una edición facsimilar completa de los textos originales sino hasta 1978. Una trad.trad. traductor, traducción, traducido ing.ing. inglés, inglesa de los textos se había publicado el año anterior, si bien algunos ya se habían dado a conocer mucho antes a través de diversos artículos y monografías especializados. No obstante, la verdadera tarea de interpretación de estos textos está en sus comienzos, y todo lo que se diga para evaluarlos en este momento sólo puede ser provisional y aproximado.
Algunas de las obras mejor conocidas que se encontraron en Nag Hammadi incluyen una cantidad de así llamados “evangelios”. Como la fuente QQ Quelle (al.), supuesta fuente de donde provendrían los dichos de Jesús que son comunes a Mt. y Mr. de los evangelios sinópticos, el Evangelio de Tomás es una colección de dichos de Jesús, algunos de los cuales son iguales a los que tenemos en los evangelios del NTNT Nuevo Testamento. Otros son muy diferentes, aun cuando algunos de ellos bien podrían ser dichos genuinos de Jesús. Pero es obvio que la colección en su conjunto ha sido editada desde un punto de vista claramente sectario. El Evangelio de Felipe, el Evangelio de la verdad, el Evangelio de los egipcios, de origen copto, y el Evangelio de María, tienen menos en común con los evangelios del NTNT Nuevo Testamento, y son más explícitamente gnósticos en carácter.
Los otros textos de Nag Hammadi incluyen diversas colecciones de oraciones, obras con el título de Apocryfon (“libro secreto”, de Santiago y de Juan), una cantidad de obras con el título de Apocalipsis (de Pablo, de Santiago, de Adán, de Pedro), junto con ejemplos heterogéneos de literatura gnóstica especulativa. No todas las obras en esta biblioteca representan el mismo tipo de gnosticismo. Muchas parecen ser de origen valentiniano, pero esto no se aplica a toda la colección. En realidad algunos no son gnósticos en absoluto. El códice VI, por ejemplo, contiene una versión copta de parte de la República de Platón, mientras que dos ejemplos de escritura sapiencial cristiana primitiva se conservan en Las enseñanzas de Silvano (códice VII) y las Sentencias de Sexto (códice XII).
Una cuestión importante que plantean estos textos es la naturaleza del gnosticismo mismo en comparación con el cristianismo. ¿Se trataba realmente de una herejía cristiana, como pensaban los Padres, o de una forma no cristiana de creencia que en ciertos círculos se mezcló con ideas cristianas? Hasta donde se han analizado los elementos de juicio, los textos de Nag Hammadi parecen indicar que existían formas no cristianas de gnosticismo. Esto se puede ver con mayor claridad en una comparación de Eugnostos el Bendito con la Sofía de Jesucristo. Ambas obras ofrecen un paralelismo tan exacto que es obvio que deben ser versiones diferentes del mismo texto, aun cuando la primera se presenta en forma de ensayo religioso-filosófico escrito por un maestro a sus alumnos, mientras que la segunda tiene la forma de un discurso pronunciado por el Cristo resucitado a sus discípulos. El estudio detallado de estos dos textos hasta el momento ha tenido a confirmar que Eugnostos el Bendito es la versión original, que fue posteriormente cristianizada como la Sofía de Jesucristo. Otros textos, tales como el Apocalipsis de Adán y la Paráfrasis de Sem, también parecerían representar una forma no cristiana de gnosticismo.
III. Orígenes
¿De dónde vino el gnosticismo? Según los Padres de la iglesia, se trataba de una perversión del cristianismo. Pero esa idea se descarta actualmente en forma prácticamente universal, por cuanto no encaja con las pruebas existentes. Sin embargo, no existe consenso en cuanto a los orígenes del gnosticismo. Resulta fácil comprobar que una u otra idea gnóstica tiene afinidad con los conceptos de alguna otra religión, pero es muy difícil determinar en forma más precisa el verdadero origen del pensamiento gnóstico.
Algunos piensan que el gnosticismo estaba de algún modo relacionado con el judaísmo, en una de sus diversas formas, y no cabe duda de que hay ideas veterotestamentarias que ocupan lugar prominente en las especulaciones gnósticas, aun cuando siempre en un contexto que las separa de la trama del pensamiento veterotestamentario auténtico. Otros señalan las semejanzas entre el gnosticismo y el tipo de dualismo que con frecuencia se encuentra en los escritos de los filósofos griegos. El descubrimiento de parte de la República de Platón en Nag Hammadi demuestra por cierto que sus ideas no eran incompatibles para los gnósticos, aunque al mismo tiempo esto no prueba que hubiera alguna relación intrínseca entre ellos.
Se ha buscado en la religión iraní un origen distinto para el gnosticismo. Aquí tampoco son concluyentes las pruebas, aun cuando no se puede negar que el gnosticismo está mucho más cerca en sus puntos de vista de los conceptos cíclicos de aquellas religiones que surgen del zoroastrismo, que del cristianismo tradicional.
Es imposible determinar con precisión los orígenes del gnosticismo. Más aun, es improbable que haya tenido un origen único, porque por naturaleza el pensamiento gnóstico era extremadamente sincretista, y sus adherentes estaban siempre dispuestos a recurrir a las ideas religiosas de muy diversas fuentes con el fin de servirse de ellas.
IV. Cuestiones relacionadas con la interpretación del Nuevo Testamento
Dos cuestiones principales para el estudioso del NTNT Nuevo Testamento surgen del estudio del gnosticismo:
a. El gnosticismo precristiano
Según Reitzenstein (seguido por Bultmann y muchos otros eruditos alemanes), cuando el cristianismo hizo su aparición por vez primera en el mundo helenístico, sus apóstoles encontraron una cosmovisión totalizadora ya existente que combinaba el pensamiento griego y el oriental, y que incluía el descenso de un redentor divino que salvaba las almas de los seres humanos. Esta perspectiva “gnóstica” fue adoptada in toto por los primeros cristianos, y aplicada a su experiencia con Jesús, de modo que este último se convirtió en la figura del redentor celestial. Así, el NTNT Nuevo Testamento mismo puede verse como una forma de gnosticismo cristianizado.
Hay muchos problemas con el punto de vista de que el gnosticismo sea anterior al cristianismo. Por una parte, no existen pruebas de ello, ya sea en los textos que conocía Reitzenstein o en los que conocemos nosotros ahora. Los textos de Nag Hammadi han demostrado que existían formas de gnosticismo no cristiano, pero esto no prueba la existencia de un gnosticismo precristiano.
La idea de que el NTNT Nuevo Testamento sea una forma de gnosticismo es improbable en cualquier caso, por cuanto hay diferencias serias y fundamentales entre la perspectiva de los gnósticos y la de los escritores neotestamentarios. Los gnósticos tenían un concepto cíclico del tiempo, y la noción de historia no tenía significado para ellos. La redención gnóstica jamas podía tener significado en esta vida, sino sólo en un escape de la existencia temporal hacia el mundo del espíritu. Por contraste, tanto el ATAT Antiguo Testamento como el NTNT Nuevo Testamento recalcan que el tiempo y la historia son importantes, y que ambos tienen significación divina. Dios ha actuado en el curso del proceso histórico como Creador tanto como Redentor, a fin de proporcionar salvación para su pueblo. Mientras que para el gnóstico Dios sólo puede ser conocido mediante un escape de la historia, para el cristiano Dios puede ser conocido principalmente como consecuencia de su participación en la historia, específicamente en la vida, muerte, y resurrección de Jesucristo. Además, la salvación cristiana es algo que puede comenzar a disfrutarse ya, aquí y ahora, en este mundo, más bien que en algun mundo “espiritual” y etéreo.
b. Herejía y ortodoxia
El gnosticismo tiene, no obstante, su pertinencia para el estudio del NTNT Nuevo Testamento. Porque pueden encontrarse indicios de creencias “gnósticas” en una cantidad de escritos del NTNT Nuevo Testamento, más notablemente en las creencias de la iglesia de Corinto reflejadas en 1 Co. Los corintios sostenían que porque poseían “conocimiento” especial estaban libres de las normas corrientes de la sociedad, y afirmaban que vivían una existencia “espiritual” elevada, incluso en su estado material presente. Para ellos la resurrección era un acontecimiento ya pasado, porque la entendían espiritualmente, como era el caso con muchos gnósticos. Y, como otros gnósticos, daban considerable realce a las supuestas propiedades mágicas de los sacramentos cristianos.
Con frecuencia se ha pensado que Colosenses indica la existencia de un punto de vista similar, si bien no idéntico, en la iglesia de Colosas, mientras que las cartas a las siete iglesias en Ap. 1–3 confirman la presencia de ideas “gnósticas” semejantes en otras iglesias en la misma región del Asia Menor. Las epístolas pastorales llegan al punto de denunciar explícitamente “la falsamente llamada gnoµsis” (1 Ti. 6.20), y 1 Jn., igualmente, parece haberse escrito contra algún tipo de fondo “gnóstico”.
Los escritores del NTNT Nuevo Testamento condenan dichas ideas. Si bien a menudo usan terminología gnóstica al hacerlo, dejan claro que no aceptan sus connotaciones gnósticas. Pero al mismo tiempo, el hecho de que tales ideas parecen haber sido corrientes, quizá incluso muy difundidas en las iglesias en diversas partes del imperio romano, otorga por cierto alguna medida de credibilidad a la hipótesis de W. Bauer de que la diferencia entre herejía y ortodoxia no estaba tan netamente definida en el ss.ss. siglo(s) I como llegó a estarla más tarde por los Padres antignósticos de la iglesia católica.
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J.W.D.J.W.D. J. W. Drane, M.A., Ph.D., Profesor de Estudios Religiosos en la Universidad de Stirling, Escocia.
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