Cuando nos fijamos en la obstinación y la rebelión del hombre, nos hacemos la pregunta, ¿por qué Dios quiere salvar a los pecadores? Y sobre todo, ¿por qué Él quiere dar a su único y amado Hijo a morir la agonía de la sentencia santa de Dios en llevar nuestros pecados en la cruz?
La respuesta de la Escritura es que la salvación redunda en la gloria de su gracia. La salvación trae gloria a Dios y lo hace porque manifiesta la naturaleza y el carácter de su persona ( Ef 1:6. ; Filipenses 2:11. ). La salvación revela una serie de cosas acerca de Dios que trae gloria a la persona de Dios y nos muestran algo de las razones para la salvación:
1 -Revela su amor. Que Dios llegar al hombre pecador, enviando a su Hijo unigénito es la mayor manifestación de su amor. Se declara que Dios proveyó la salvación, porque Él es un Dios de amor ( Juan 3:16, 1 Juan 4:7-10 , 16).
2- La salvación a través de la persona y la obra de Cristo es también una manifestación de la gracia de Dios, la bondad inmerecida de Dios ( Ef. 2:7-9 ). Sólo el cristianismo ofrece una salvación basada en la gracia en lugar de las obras. Todas las religiones del mundo le exigen un trabajo al hombre para adquirir la salvación.
3- En la salvación de la Biblia también se manifiesta la santidad de Dios. Dios proveyó la salvación a través de la persona y la obra de su Hijo, porque Él es un Dios santo. En su amor y gracia Dios desea comunión con el hombre, pero la rebelión del hombre y el pecado crea una barrera entre Dios y el hombre que impiden cualquier comunión con el hombre. Tanto la santidad de Dios y su amor está satisfecho, sin embargo, por la persona y la obra del Hijo de Dios, el hombre puede ser reconciliado con Dios y su comunión restaurada.
4- Adán y Eva fueron creados a imagen de Dios y ellos podían dar una muestra visible del carácter de Dios, mientras caminaban en comunión con el Dios invisible. Pero cuando la raza humana cayó por el pecado de Adán, la imagen no solo se vio afectada, sino que el hombre perdió la capacidad de comunión con Dios. A través de la salvación, la capacidad para la comunión es restaurada, y también lo es la capacidad del hombre para manifestar, aunque imperfectamente, la bondad de Dios.
Autor desconocido.
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